
Ay, José, que frase más acertada! Cómo con un puñado de palabras diste vuelta mi visión del presente en un páfate.
Me estuve haciendo ecos y lágrimas durante este último tiempo sobre la soledad que nos une y no caí en la cuenta de semejante poder: el de escuchar.
Gracias, amigo, por hacerme recordar que tengo oídos y debo dejarlos ser.
A propósito, un texto lindísimo de Gianni Rodari,
La Oreja Verde
Un señor maduro con una oreja verde
Un señor maduro con una oreja verde
Un día, en el expreso Soria-Monterde,
vi subir a un hombre con una oreja verde.
Ya joven no era, sino maduro parecía,
salvo la oreja, que verde seguía.
Le dije: Señor, usted tiene ya cierta edad;
dígame, esa oreja verde,
¿ le es de alguna utilidad?
Me contesto amablemente:
Yo ya soy una persona vieja,
pues de joven sólo tengo esta oreja.
Es una oreja de niño que me sirve
para oir cosas que los adultos
nunca se paran a sentir;
oigo también a los niños
cuando cuentan cosas
que a una oreja madura parecerían misteriosas...
Así habló el Señor de la oreja verde
aquel día, en el expreso Soria-Monterde.
Gianni Rodari
Gianni Rodari
3 comentarios:
No podía esperar menos de vos Vero, sabes que tenemos nuestro mundo particular pero también ese donde nos damos sin preguntar y de a poco construimos algo que nos endulza cualquier momento por más amargo que sea. Mira que dos buenas razones tienes contigo. Digo por Juan y Lauri, es para empujar con todo verdad? // María José me dijo que te invita a ser parte de Preludio. Cuando quieras se lo comentas y encaramos desde nuestra patria chica otro camino para decir y decir, que en definitiva es para todos, sino qué?. Un abrazote.
Hola Vero, es importante escuchar, yo diría que lo más...
Sí, le dije a José que me gustaría que entrases a formar parte de Preludio, te dejo mi cuenta de correo para que te pongas en contacto conmigo...no acepto un "no". Te espero
gaoalma@gmail.com
Un beso para ti y tus hijos que son preciosos.
MJ
excelente relato! quiero mi oreja verde!
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